Citando…

Cuando la mujer le retó, lo único en lo que podía pensar era en el día en que aprendió en el colegio que los tiburones tienen los dientes inclinados hacia dentro para que los peces puedan entrar pero no salir.

La maldición de la mortalidad. Te pasas la primera parte de la vida aprendiendo, haciéndote más fuerte, más capaz. Y entonces, sin que sea culpa de uno mismo, el cuerpo empieza a fallar. Involucionas. Brazos y piernas fuertes se vuelven flojos, los sentidos aguzados se vuelven torpes, la constitución recia se deteriora. La belleza se marchita. Los órganos empiezan a fallar. Te recuerdas a misma en la flor de la vida y te preguntas dónde estará esa persona. A medida que tu sabiduría y tu experiencia alcanzan sus cotas máximas, tu cuerpo traicionero se convierte en una prisión.

—Las personas inteligentes aprenden de sus errores. Pero las inteligentes de verdad aprenden de los errores de los otros.

Fablehaven
Brandon Mull

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