Puede que el hábito no haga al monje pero a mí las ropas de mi hermano me estaban cambiando. Durante mis dieciséis años de vida no había dejado de escuchar cuáles eran mis obligaciones como mujer y cómo debía comportarme para conseguir un buen marido. Y, la verdad, ya estaba harta
Debió de creer, el muy canalla, que me valdría aquello de «Cásame en hora mala, que más vale algo que no nada».
no es digno de personas de bien poseer a otras en condición de objetos. La naturaleza hizo libres a los humanos sin reparar en el color de la piel.
Necesitaba la libertad de Martín y la esencia de Catalina. De algún modo que no se me alcanzaba me había convertido en los dos.
Tierra Firme (Martín Ojo de Plata 1)
Matilde Asensi
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